Por Iván Putovic
El cantautor socialista Silvio Rodríguez, conocido por ser un pedante con el público que siempre lo va a ver a sus conciertos, esta vez hizo algo muy feo mientras daba su concierto en Ciudad de México y las casi 20 000 personas se quedaron petrificadas con aquello.
Nadie se lo esperó, fue repentino. Incluso el público hizo silencio porque los músicos que acompañaban a Silvio en el escenario se sorprendieron con aquello y también se quedaron callados, es que nadie se lo esperaba. “Fue un momento horrible”, comentó una de las presentes en el concierto, “una va a escuchar a uno de sus músicos favoritos y que haga algo así, delante de todos, fue muy feo la verdad”, comentó para nuestra revista.
El tema es que Silvio antes del concierto se había comido una tortilla con frijoles y mucho guacamole. De hecho, se volvió loco con el guacamole porque en Cuba un aguacate cuesta 50 pesos entonces el trovador se quiso atragantar. Eso hizo que una hora antes de comenzar el espectáculo, Silvio sintió una revoltura en el estómago. Y aquello se le fue agravando y agravando al punto tal de hacer lo que hizo.
En medio de “te doy una canción”, una de las complicaciones más famosas del trovador cubano, Silvio no se pudo aguantar y se tiró un tremendo peo. Él, en su inocencia, creyó que era uno de esos peos silenciosos y lo dejó salir, pero no. Se tiró un peo ruidoso que estremeció todo el lugar. Hasta sus músicos se quedaron callados y pararon de tocar. El público enmudeció.
Silvio al darse cuenta de lo que había hecho, gritó: ¡Viva Pancho Villa, viva México cabrones!, y siguió cantando como si nada mientras el público, aun atormentado por el estruendo del peo, le aplaudió más o menos, porque también tuvieron que taparse la nariz de la peste más grande que tenía aquello.