Por Helena Álvarez
El régimen cubano tiene muy pronto su reunión de balance en el mes de abril, como cada año desde que llegaron al poder, pero esta vez están indecisos y aún no deciden a cuál dirigente van a mandar en plan piyama para la casa, porque este año varios de ellos han hecho los méritos para ser desaparecidos.
En Cuba las reuniones de abril siempre son famosas por dos cosas: La cantidad de meriendas que son sacadas del Palacio de las Convenciones para vender en Revolico, y los dirigentes que son castigados y mandados para su casa por incompetentes. Algo que en Cuba se conoce como plan piyama.
Solo que esta vez el país está tan desastroso, que en la alta gerencia aún no se deciden a quien se van a echar, porque hasta el mismo Díaz-Canel está en la picota.
La lista que se está barajando para botar a varios dirigentes es bastante amplia y al menos hay algo que en nuestra revista sabemos: el vicepresidente de Cuba Valdez Mesa se va del parque porque ese jarrón chino no sirve para nada y la otra, es que Machado Ventura presentará su retiro porque quiere ir a visitar los volcanes de Nicaragua.
Por ahora el régimen se debate en si darle una baja deshonrosa al ministro de Economía Alejandro Gil, o si mandarlo como cuidador para el Zoológico de 26 con reducción de salario. Y queda por ver el caso de Ramiro Valdez que a día de hoy no sabemos cuál es su función como dirigente, o si siquiera es dirigente o maniquí de la tienda la Época.
Se vienen cositas.