Los cubanos ya tienen a donde ir cuando los mandan pa' la pinga


Por Lewis Balenciaga

Alma Marcela Goza de Alegría, una cubana residente en Madrid, realizó el sueño de muchos de sus coterráneos al inaugurar esta semana un bar que denominó “Pa' la pinga”, frase muy significativa entre los cubanos, pero que hasta este momento carecía de la posibilidad real de ser realizada en la práctica, por no existir un lugar llamado así.

En América Latina la palabra pinga es usada de diferentes maneras y con variados significados, siendo Cuba el país con más amplio uso, según un estudio de la Real Academia Española.

En Nicaragua por ejemplo, pinga es utilizada para referirse a una pequeña cantidad de algo, por ejemplo: me puedes dar una pinga de azúcar, lo que en Cuba significaría otra cosa. Por su parte en Costa Rica, Venezuela y Perú, sirve para expresar rechazo: la pinga que te haré caso.

Pero son los cubanos los que se llevan el primer lugar, al punto de poder usar esta palabra en casi cualquier situación.

Se usa para quejarse: Ay pinga; también para indicar cualquier estado de ánimo: estoy de pinga; así mismo para señalar que hay escasez: No hay ni pinga; de igual manera para describir algo: eso está de pinga, y da igual si está bueno o malo; y para describir a alguien que es muy terco y todo le sale mal: fulanito es un come pinga.

Los usos de esta palabra por los cubanos son numerosos, principalmente en el lenguaje coloquial, pero todos esos eran entendidos o realizables, excepto, “vete pa’ la pinga”, hasta ahora, que Alma Marcela, le ha dado un lugar a todos esos cubanos que son mandados o mandan “pa' la pinga”.