Dirigente del régimen cubano fue llevado al hospital después de quedarse trabado en la puerta de una tienda en MLC


Un miembro del Buró Político tuvo que ser hospitalizado con urgencia luego de estar trabado dos horas en la puerta de una tienda en MLC.

El dirigente, del que esta redacción aún desconoce el nombre, llegó acompañado de su mujer y su escolta. La gente al reconocerlo le hizo fotos y el hombre emocionado dijo algunas palabras de agradecimiento por el amor del pueblo. Y minutos después, se despidió de todos y entró a la tienda, bueno, lo intentó.

El comunista, que evitó los abrazos de las personas en la cola porque le iban a ensuciar su guayabera blanca, se quedó trabado tratando de pasar por la puerta de la tienda. 

Quiso pasar de un tirón, pero no pudo, lo intentó por segunda vez y se le torció la barriga y se le apretaron las costillas. Se quedó varios minutos ahí, sin moverse, víctima del ridículo y de su gordura.

Intentó pasar por tercera vez y se quedó trabado por completo, miró a su escolta con los ojos llorosos y le dijo: Houston we have a problem!

Cuenta la gente que la esposa empezó a gritar, que lo ayudaran, que su esposo era un verdadero revolucionario, que ustedes los del pueblo no se merecen nada, que le deben la vida a hombres como su esposo. Pero nadie se inmutó, al contrario, sacaron los teléfonos celulares para filmarlo y reírse.

Pasaron los minutos y al dirigente empezó a faltarle el aire y sudaba. La tienda se paralizó y los trabajadores se pusieron en función de destupir la mierda de la puerta, mientras la gente de la cola murmuraba. 

El hombre comenzó a llorar y a decir que las tiendas en MLC no deberían existir. Que esas tiendas deberían ser solamente para los dirigentes de la dictadura. Que la gente tenía que arreglárselas como pueda. También dijo que Díaz-Canel estaba puesto a dedo, que con Fidel esas cosas no pasaban. 

Todo eso mientras los bomberos hacían mil murumacas para liberarlo de su tortura, hasta que lo lograron de una vez, y el hombre se desmayó. 

Cuenta una señora de la cola que cuando el comunista cayó al suelo fue un estruendo más alto que el cañonazo de las 9, y que la tierra tembló y todo.

Al cierre de esta nota, no sabemos el estado de salud del dirigente del régimen, ni su nombre porque dicen que todos se parecen. Lo que si sabemos es que en esa tienda había café, y luego del bochorno suceso, la administradora les comentó a todos que el café se había acabado, por burlones, les dijo.