Por
Rodrigo Hernández
Hace
poco se dio a conocer el gran parentesco que tiene el delicioso chocolate con
la vaca cubana. Parentesco que fue descubierto justo cuando el chocolate desapareció
de Cuba hace dos años y luego volvió a aparecer en las cafeterías cubanas, pero
con un cambio de look bastante diferente.
El
tema es que el chocolate es un primo lejano de la vaca cubana por lo caro que
está. Es tan caro que los niños de las nuevas generaciones no saben que sabor
tiene porque sus padres no pueden comprarlo, de ahí su parentesco con las vacas
ya que estas siempre han estado muy caras en Cuba.
Según
los cálculos económicos que se han podido realizar un chocolate Baracoa vale lo
mismo que una motorina y una barra de chocolate Hersey vale lo mismo que un
apartamento en el Vedado. Incluso los cubanos han llegado a pensar que el
parentesco del chocolate con la vaca cubana es obra de algún experimento
diabólico de los que hizo Fidel Castro cuando estaba vivo, ya que a ese tipo le
encanta experimentar. Solo hay que ver lo que ha ocurrido con los plátanos en
Cuba.
Por el momento la solución que han encontrado los padres para que sus hijos coman chocolate es mezclar el polvo del café con azúcar y batirlo por dos horas y luego ponerlo en el refrigerador. Esto sabe horrible, pero al menos el color se le parece.