López-Calleja no podrá ser incinerado por falta de petróleo
Por
Charly Menéndez Castillo
Este
viernes 1ro de julio el régimen de los Castro anunció que el general de
división y ex yerno de Raúl Castro, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, había
muerto, de forma natural, como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio,
pero claro, si a una persona le ponen una almohada en la cara mientras duermes
por diez minutos, lo más natural es que se muera.
Hay que
destacar que si bien López-Calleja era conocido como "El Zar de Cuba",
por ser el jefe del consorcio económico-industrial conocido como GAESA que
controla casi toda la economía del país, los últimos acontecimientos referentes
a su muerte, dejan en evidencia que la situación financiera del régimen no
marcha muy bien, pues desde que lo encontraron muerto hasta que dieron la
noticia, una serie de situaciones relacionada con el traslado de su cuerpo demuestran
que en la isla todo va de mal en peor.
Primero
no había una ambulancia disponible, pero luego cuando apareció la ambulancia no
había gasolina. Asimismo en ninguna de las funerarias de La Habana había una
caja de muerto para quien hasta ayer, según varios analistas de la Bolsa de
Nueva York, figuraba como el hombre más rico de Cuba, y el sarcófago tuvo que
ser traído de Miami en último momento, y gracias a una donación de Carlos Lazo
el de Puentes de Amor. En este punto hay que aclarar que la caja era solo para
el velorio familiar, porque el difunto había dispuesto que incineraran sus restos,
y es aquí donde verdaderamente de complicó la cosa.
Como
es sabido, la incineración de los difuntos en los últimos años ha sido un
verdadero dolor de cabeza para el régimen de los Castro, básicamente por la
falta de combustible, pero en el caso de López-Calleja, la máxima autoridad del
país había decidido que para sortear este problema, el cuerpo sería incinerado
en el crematorio de Villa Marista, la sede central de la Seguridad del Estado,
en donde se alega que los sicarios del castrismo se han deshecho de más de un atravesado,
y donde se cree que quemaron el cuerpo de Camilo Cienfuegos.
Pero
como en Cuba nada es tan fácil, en el crematorio de Villa Marista tampoco había
petróleo suficiente, porque la reserva que tenían la tuvieron que gastar en
vigilar a varios opositores, y la incineración del cuerpo de López-Calleja se
tuvo que suspender. Y según fuentes cercanas a la familia, en estos momento se
debate en el Consejo de Estado si congelarlo hasta que aparezca el petróleo,
con la posibilidad de que se vaya la electricidad y el cuerpo se descomponga, o
si molerlo en la fábrica donde se hace el picadillo de soya, y luego tratar de
incinerarlo, primero con el poco petróleo que hay en Villa Marista, y luego con
leña, si fuera necesario.