Por Rodrigo Hernández
El espía Gerardo Hernández, abrió esta mañana una cadena de guaraperas en la Habana, estrenándose de esa manera como emprendedor, siguiendo así los pasos de otros agentes de la Seguridad del Estado que ahora se están convirtiendo en empresarios.
Gerardo, quien se desempeña como coordinador de los CDR, se aprovechó de los privilegios que le brinda su posición política para abrir su nuevo negocio y del que espera sacarle muchos beneficios y dinero.
Según la cuenta de Facebook del espía, la cadena de guaraperas llevará el nombre Tarritos de Azúcar y por ahora tendrán establecimientos en la Cuevita, en la Plaza Roja de Diez de Octubre, en el Paradero de Playa y en el agro de 19 en el Vedado, al precio módico de cinco pesos cubanos por cada vaso de guarapo.
Nordelo espera que su cadena Tarritos de azúcar se vuelva famosa para abrir establecimientos por toda la capital y luego en el resto de las provincias, para ayudar también a combatir la precariedad económica que está sufriendo la isla.