Elon Musk confirma lo que más temíamos los cubanos
Por
Iván Putovic
El
gran magnate Elon Musk, el vivo ejemplo de que el sueño americano sí existe,
confirmó esta mañana algo que los cubanos ya sospechaban, pero no se atrevían a
decir a viva voz, porque esa noticia sí que duele.
Musk,
quien es de origen sudafricano y ha construido un imperio en los EEUU
convirtiéndose en uno de los hombres más ricos del planeta, se catapultó ante
el mundo luego de que negociara y comprara Twitter. Algo que ha molestado a los
izquierdistas porque tienen miedo de que la libre expresión se vuelva tendencia
y les fastidie la agenda 2030. Y sobre todo ha creado pánico en las
Ciberclarias cubanas que tendrían que dar su verdadera identidad si quieren
quedarse chapoteando en las aguas de Twitter.
Desde
ese entonces los cubanos se volcaron en pedirle a Elon Musk que comprara a
Cuba. Mucha gente pidiéndolo. Pero Elon podría comprar Cuba con un chasquido de
dedos porque esta isla vale menos que dos libras de cebolla. Algo que el
magnate dejó bien claro que podía hacer de forma muy rápido. Sin embargo, dijo
que comprar a Etecsa, la empresa de telecomunicaciones de Cuba si le resultaba
un desafío.
Lo
primero que lo desconcertó es que Etecsa no tiene dueño.
Cuenta
el magnate en declaraciones exclusivas para nuestra revista que hizo un equipo
de trabajo para comprar Etecsa y poner manos a la obra. Comenzaron a llamar a
Cuba para preguntar el precio de la empresa y dice que una de las trabajadoras de
Etecsa se le rio en la cara. Pidió hablar con el presidente de Etecsa para que
le dijera cuánto cuesta que la quiere comprar y este también se le rio.
Le
escribió por Twitter a la ministra de telecomunicaciones, pero esta lo bloqueo.
Pidió ayuda a la inteligencia norteamericana y le dijeron que GAESA es la
clave, que hablara con López Callejas, el zar, pero que él tampoco era dueño. Y
ya Elon Musk tenía taticardia.
Llamó
al Minrex y le pusieron al canciller Bruno Rodríguez. Éste luego de reírse por
la propuesta del magnate de comprar Etecsa, pasó a hablarle del bloqueo
genocida y cruel. Elon Musk se desmayó.
Al
final, varios días después, Musk recibe una llamada por su línea personal con número
privado y soltó un respingo contrariado. Descolgó la llamada y gritó:
¡Basta
ya Donald Trump, no quiero ser tu compañero de fórmula para el 2024, no me
interesa la política ya no te haré un cohete personalizado que diga Lets Go
Brandon, no insistas más!
Pero
no era Trump, sino una persona que no se identificó y le dio todos los datos
del dinero que genera Etecsa diariamente, lo que hace en una semana, un mes y
la proyección de lo que ganará en un año. Musk copio todos los datos y se fue
corriendo para reunirse con el equipo de trabajo en su oficina. Luego de analizarlo
bien, Elon Musk, uno de los hombres más ricos del planeta, dueño de una empresa
que lanza cohetes al espacio, al que Trump llama para pedirle consejos, empezó
a llorar y le dijo a su gente que no podía comprar Etecsa: “Es la empresa más
cara que ojos humanos hayan visto”, expresó visiblemente emocionado.