Miguel Díaz-Canel Bermúdez: Sinónimo de Singao


Por Rodrigo Hernández

En Cuba abundan los singaos. Hay tantos que parecen salidos de un criadero de cocodrilos o del show de payasos de la carpa Trompo loco. Siempre los puedes ver dentro de una patrulla, organizando una cola de la MLC, sirviéndote los mandaos de la bodega, chivateando mientras rellenan fosforeras, recorriendo las provincias en visita oficial, al frente de una reunión o simplemente enterrados bajo una piedra.

Es muy fácil distinguirlos una vez que los conoces. Todos visten igual, incluida las mujeres porque también hay unas cuantas singás por ahí. Los singaos llevan camisa de cuadro color caque con dos botones a punto de reventar de la gordura producto del exceso de alimentos que no hay en las tiendas. Pantalón de mezclilla comprado abajo del puente de 100 y Boyeros, zapatos negros rebajados de la Cuevita y un reloj marca Rolex. Un Rolex de 28 000 dólares no se vayan a pensar otra cosa.

Los singaos de Cuba tienen problema con la zapatilla, quiero decir, que los peos se les salen. Como siempre están estresados tratando de construir el socialismo no se pueden aguantar ni siquiera en público. Las flatulencias se les disparan. Da igual si están en una intervención de la ONU o dando un discurso para el país o viendo el televisor. Los peos se les salen.

Siempre tienen mucha preocupación por el pueblo cubano, tanta, que por eso se rompen el lomo trabajando en la construcción de hoteles para que la vida del cubano sea más placentera. O sea, los cubanos no tienen dinero para ir a los hoteles, pero pueden comprar tres libras de arroz adicional en la bodega y eso a los singaos los complace muchísimo.

Hay que aclarar, por ejemplo, que los que no llevan reloj Rolex son singaitos.

Los singaitos son como una especie que no evolucionó tanto y en la que entran también los agentes de la seguridad del estado, los locutores de la televisión cubana, los carpeta de las estaciones policiales y las Ciberclarias por supuesto. Estas últimas son como la carroña de la cadena alimenticia y se les puede ver chapotear en las redes sociales a cambio de un paquete de pollo y un pomito de aceite. Con eso ellas son felices incluso les das un par de croquetas explosivas y ellas contentas y viva la revolución y todo.

Añadir que los singaitos no caben en el jet privado y eso incluye a Humberto López al que ya tienen tirado al abandono por abusar físicamente de una compañera de trabajo en el ICRT.

A los singaos nunca los vas a ver haciendo cola en Cuatro caminos, ni comprando un chupachupa a 60 pesos en el zoológico, ni cogiendo el P 7 a las 5 de la tarde. La justificación que usan es que la gente a esa hora siempre viaja alterada y además el transporte está malísimo y eso les da mucha ansiedad. 

Los singaos odian el capitalismo y twittean a favor del comunismo, la igualdad de los pueblos y la justicia social pero su teléfono celular es un perro IPhone 13 pro Max. Por supuesto tienen antena satelital para ver el fútbol y el beisbol de las grandes ligas y prefieren Euphoria antes que Calendario. Y nada de patinaje artístico por Tele rebelde eso les provoca una fuerte jaqueca. Siempre tienen todos los ingredientes para cocinar a la par de Master chef y cuando los problemas del pueblo cubano los agobia mucho. Se van a Cayo Saetía a darse un descanso.

Y bueno entre los singaos más relevantes de Cuba están Raúl Castro, López Callejas, Alejandro Castro, Bruno Rodríguez, Gerardo Hernández Nordelo, Manuel Marrero Cruz, Alejandro Gil, Josefina Vidal, Machado Ventura, Esteban Lazo, Lis Cuesta y por supuesto no podría faltar, el máximo exponente de esa especie, el mal carácter, el singao entre los singaos, la canchancleta del régimen, el rey del limón, el dictador de los cubanos: Miguel Díaz-Canel Bermúdez. El verdadero singao.