📷 Acevedo |
Por Marcia Ana
Este
martes los mandatarios de los Estados Unidos y la Federación Rusa, Joe Biden y Vladimir
Putin respectivamente, concretaron en el Kremlin un encuentro que tenían pactado
desde la semana pasada para negociar el fin de la invasión a Ucrania, pero como
se esperaba la reunión terminó mal, aunque de una manera inesperada.
Apegándonos
a los hechos hay que decir que la reunión no se dio, porque justo en el momento
que iban a sentarse para iniciarla, el inquilino de la casa blanca no pudo contenerse
y se le tiró para el cuello a Putin, pero no para darle una mordida en la vena aorta
y salir de una vez y por todas del problema, sino para olerlo a profundidad, lo
cual según algunos expertos, es el primer paso en un legendario manual de
apareamiento creado por el propio Biden durante sus primero años como político.
Hay que
señalar que de acuerdo con algunos presentes, en un primer momento esta
maniobra del presidente estadounidense causó algún efecto a su favor en el
comandante del kremlin, ya sea porque lo tomó por sorpresa o porque le gustó, algo
que no se puede saber a ciencia cierta, pero unos segundos después reaccionó, y
de no ser por los agentes de la seguridad personal, lo hubiera estampado contra
la mesa de un estrallón.
Todo
parece indicar que lo que le molestó a Putin no fue tanto que Biden intentara
seducirlo, sino que lo hiciera en ese momento y lugar, con tantos testigos,
algo que puede deducirse del hecho de que varias horas después, aún conservaba
una amplia sonrisa de satisfacción, lo que nos lleva a pensar que la invasión a
Ucrania pudiera haberse evitado, si ambos mandatarios se hubieran encontrado
algunas semanas antes.