Jóvenes comunistas tiran al mar una réplica del yate Granma que fue financiada por los yanquis


Por Charly Menéndez Castillo

En la tarde de hoy varios jóvenes comunistas fueron hasta el museo de la revolución y forzaron a los guardias para que sacaran una maqueta del yate Granma que había en el lugar, con el propósito de llevársela hasta el malecón y tirarla al mar, porque la Seguridad del Estado descubrió que había sido realizada con financiamiento enviado por el Gobierno de los Estados Unidos.

A pesar de que los guardias alegaron que no podían dejar que se llevarán la réplica del Granma por ser "patrimonio de la nación", no pudieron hacer nada contra el impulso de los jóvenes militantes, los cuales se hacen llamar los pañuelos rojos, por ser este el color que representa toda la sangre de cubanos que los comunistas han derramado durante las últimas seis décadas de dictadura en la isla.

Además de que los jóvenes entraron por la fuerza al lugar, tenían con ellos un documento firmado por el presidente puesto a dedo Miguel Díaz-Canel, el cual los autorizaba para coger la maqueta y hacer lo que quisieran con ella, siempre y cuando la destruyeran, "en señal de que a los comunistas cubanos no les hace falta nada que provenga del imperialismo yanqui", decía el documento, pasando por alto todo lo que el régimen le compra al país norteño, y las múltiples ayudas que recibe de él.

Hay que añadir que en estos momento el pintor castrista Alexis Leiva Machado, más conocido como Kcho, se encuentra detenido en Villa Marista bajo un proceso investigativo en el que se le acusa de mercenarismo, pues fue él el autor de la mencionada maqueta, y si bien hasta el momento no se conoce a ciencia cierta cuánto fue lo que le pagó el Gobierno estadounidense, fuentes cercanas a él aseguran que se trató de un millón de dólares.

Como quiera que sea, aquí lo importante es que a la hora de destruir la réplica del Granma los jóvenes comunistas decidieron tirarla al mar para que el agua hiciera el trabajo, pero nada salió como esperaban, porque en cuanto la arrojaron, la maqueta se dio la vuelta en el aire y al tocar el agua comenzó a hundirse, como si se tratara de un submarino, algo que desconcertó a todos, y provocó la ira de varios funcionarios del régimen, porque al final no pudieron destruirla, y en estos momentos debe estar en algún lugar del fondo del mar sirviendo de refugio para los peces, y señalando que cuando las cosas son financiadas por los estadounidenses, los comunistas no pueden hacer nada contra ellas.

Por último hay que decir que los tres jóvenes que tiraron la maqueta al mar, fueron apresados bajo los cargos de traición a la patria y difusión de propaganda enemiga, y en estos momentos le hacen compañía a Kcho en Villa Marista, pero en celdas separadas.