Militares cubanos se niegan a ser ascendidos al grado de general

Por Yannay Estrada

Este miércoles trascendió que un número considerable de militares cubanos se encuentran, en lo que pudiera considerarse como una insubordinación a gran escala, renuentes a ser ascendidos al grado general en cualquiera de sus variantes.

La negativa se debe a que en los últimos días han ocurrido cinco fallecimientos de generales, de los cuales el régimen no ha dado ninguna explicación, y ha prohibido a los familiares de los difuntos emitir declaración alguna al respecto.

Sin lugar a dudas la negativa de los militares cubanos a ser ascendidos tiene detrás la sospecha de que cualquiera que ostente ese grado puede correr con igual surte, incluso caminar, o estando acostado, porque como hemos dichos, se desconoce totalmente las causas y condiciones de muerte de los cinco generales, y como se cree que todos fallecieron en horas de la noche, la suposición de que fueron ultimados mientras dormían, ha calado entre los miembros de las Fuerzas Armadas, al punto que en estos momento una amplia mayoría de los coroneles, grado que precede al de general, están padeciendo de un insomnio atroz, que se ha extendido por seis días consecutivos.

Esta situación ha descolocado a los altos mandos del ejército y las máximas autoridades del régimen, que han intentado de todo, para convencer a los militares más afectados con el insomnio, de que todo está bien y que la creencia de que están eliminado a los generales se trata de una patraña del imperialismo para desmoralizar a las Fuerzas Armadas, como parte de su plan para apoderarse del país, pero ni con esto ni con fuertes dosis de somníferos, han logrado que los afectados consigan conciliar el sueño.

A todo esto hay que sumar la teoría altamente extendida entre el ejército de que el dictador Raúl Castro dio la orden de eliminar a todos los generales con el objetivo de reducir el gasto militar por concepto de salario como medida para hacer frente a la profunda crisis económica que vive la isla, pero también para ser él el único que tenga ese grado en el país, lo que ha reforzado más aun el temor entre los militares, los cuales creen firmemente que cualquiera que acceda a ser ascendido, en realidad está firmando su condena a muerte.