La famosa batalla de Coppelia

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Por Rodrigo Hernández

Había una vez dos reinos que se la pasaban siempre peleándose uno con otro. A pesar de las tantas intervenciones de otros reinos para llegar a un acuerdo y del pedido de los líderes de las aldeas, los dos reinos siempre volvían a fajarse.

El origen de estas batallas nunca quedó claro. Un reino acusaba a otro de robarle sus cosechas y el otro lo acusaba de matar a un grupo de pacifistas que solo cantaban canciones por el camino. Pero el otro reino respondía que los mandó a ahorcar porque no eran trovadores sino mercenarios que querían asesinar al rey, siendo esta una gran mentira. El conflicto principal de todo es que el reino que mató a los mercenarios era comunista. Por eso nunca se pusieron de acuerdo.

Eso dio pie a muchísimas disputas, una de las más famosas fue la batalla de Cuatro Camino donde ambos reinos pelearon encarnizadamente por un paquete de pollo, un pomo de aceite y dos felpitas de pelo. Murieron miles de soldados ese día.

El encuentro más reciente ha sido la que ya se conoce como “La batalla del Coppelia”. Los dos reinos estaban en el Coppelia en conversaciones de paz e intercambiando prisioneros y a la hora de la merienda, resulta que ocultaron el helado de chocolate. Para los que no lo saben, el Coppelia es la heladería más famosa de la región y pertenece al reino comunista, pero como las minas de oro están secas y los campos de trigo no se siembran porque la tierra está llena de marabú, hay mucha escasez, así que no hay helado de chocolate, algo que la gente del reino contrario no entiende.

La reina preguntó por su helado de chocolate porque ya lo había visto pero le dijeron que no, que el que había era solamente para los comunistas. Baff, ahí mismo se formó. Todo el mundo sacó su espada, y allí, en la parte de arriba del Coppelia, la Vip, se armó la guerra.

Tres horas de combate donde miles de valerosos soldados perecieron por culpa de los comunistas que tenían escondido el helado de chocolate. A la quinta hora de batalla encarnizada, se decidió hacer una tregua. Ambos reinos quedaron en volver a retomar las negociaciones cuando el lado comunista tuviera helado de chocolate para repartirle a todo el mundo. Una tarea imposible.