Gerardo Hernández conoce a un hijo que no sabía que era suyo, pero resulta que tampoco es su hijo

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Por Helena Álvarez

El espía castrista devenido en político Gerardo Hernández, por estos días anda un poco relegado. Seguramente por las desavenencias que comienza a tener con el dictador de turno Miguel Díaz-Canel Bermúdez ya que éste último comienza a entender que no le queda mucho frente al país y Gerardo es su reemplazo más directo. Así que lo ha tirado a mondongo, pero como Gerardo está acostumbrado, pues se toma su descanso y ahora presentó a un hijo que no sabía que tenía.

Pues hace unos días Gerardo recibió una llamada de un numero privado y cuando la cogió por poco le da algo. Su mujer le preguntó quién era y él dijo que era de Villa Marista, asunto urgente.

Resulta que era Josefa Gonzales, una mujer con la que él trabajó un tiempo en Miami sacándole información hasta que terminó acostándose con ella. “Esto es por la revolución” se repetía Gerardo mientras la clavaba en la playa de Miami Beach.

Tiempo después el espía fue apresado porque como siempre, los comunistas no saben hacer bien su trabajo, y más nunca supo de Josefa.

Ahora Josefa lo llamó desde Coral Gables para decirle que tenía un hijo y que estaba de visita en Cuba, para que lo fuera a conocer. Que si no lo hacía le contaría toda la historia a Otaola y "lo iba a sacar por techo". Así que Gerardo aceptó sin chistar y fue a conocer a su hijo no vaya a ser que su mujer se enterara y con las malas pulgas que tiene le forme una grande.

Así que "el tarrú de Cuba", como los cubanos le dicen a Gerardo, se fue a conocer al muchacho.

Cuando lo vio no le notó mucho parecido la verdad, pero bueno, lo acepto como tal. Lo abrazó y le preguntó Patria y Vida o Patria o Muerte y el muchacho respondió Trump 2024. A Gerardo se le salieron las lágrimas, pero se la dejó pasar. Al fin de cuentas tiene un hijo y lo va a querer como tal. Se fueron a una piscina a fumar habanos y el muchacho le contó toda su historia.

Pero luego de hacer nuestras averiguaciones, llegamos a la conclusión de que el muchacho no es hijo de Gerardo, sino de un opositor que él vigilaba en ese entonces.

Precisamente el espía se acercó a Josefa porque ella conocía a este hombre. Pero Josefa siempre le daba curvas y le decía que ese hombre le caía mal y que no lo soportaba. Algo que al final resultó no ser tan cierto, porque la mujer entabló una relación con el opositor, del que ahora nos reservamos el nombre, y tuvieron un hijo. El mismo hijo que Gerardo piensa que es de él y al que quiere llevar al Latino a ver pelota. Pobrecito, no tiene suerte.