Manuel Marrero tuvo una pelea con su mujer y ésta le rompió la muñeca

 

Por Helena Álvarez 

El primer ministro de Cuba Manuel Marrero Cruz, tuvo una pelea con su mujer en la que se fueron a las manos y su mujer le rompió la muñeca. Por eso el ministro salió hace unos días con la mano izquierda enyesada, entérate porqué fue la bronca.

Manuel Marrero estaba de visita de trabajo por los Cayos de Cuba y por supuesto se llevó a su esposa para que lo acompañara y de paso disfrutara de los suculentos manjares y confort que promocionan los cayos de Cuba, pero en una de las visitas a las instalaciones hoteleras, comenzó la discusión.

En medio de un recorrido guiado en uno de los Meliá cinco estrellas plus, la mujer del primer ministro puso muy mala cara y alterada le dijo a Manuel Marrero delante de todo el mundo:

"Ven acá, ven. Que parece que lo que te dije ayer te entró por una oreja y te salió por la otra. Tú y yo vamos a hablar ahora".

Ambos entraron para una habitación dejando a toda la comisión y los otros dirigentes e inversores que los acompañaban en el pasillo, escuchando como la pareja discutía dentro. Fue muy incomodo por lo que nos cuentan. Dicen que nadie hablaba. Todo el mundo callado mientras escuchaban a la mujer de Marrero gritarle improperios que no diremos aquí, pero le dijo hasta del mal que se iba a morir.

Discusión que seguro iba a terminar cuando ella dejó de gritar, pero desde el pasillo se escuchó al ministro decirle a su mujer:

"Tú lo que estás es loca", y ahí sí se formó la bronca.

De buenas a primera se armó tremenda bulla y comenzaron a romperse cosas dentro de aquella habitación y todo el mundo nervioso afuera. Hasta que la guardia personal de Marrero decidió entrar y tumbaron la puerta. Suerte que lo hicieron porque Marrero estaba tirado en el suelo llorando y la mujer dándole con la pata de una silla.

Y todo el tiempo le gritaba: ¡Este hotel es mío! ¡Tu me lo prometiste! ¡Es mi precioso! ¡Mio! ¡Que GAESA de qué cosa es mío! ¡MIO!

Mientras le metía con el palo por la cabeza y Marrero se cubría con la mano izquierda.