Los integrantes del dúo Buena Fe están adictos al vacunato candidal Abdala


Por Elsa Pito

En el reciente video que se ha hecho viral en redes sociales, realizado por la agrupación castrista Buena Fe, en el que abordan el tema de las cancelaciones de sus conciertos en Canadá, se han detectado algunas cosas inusuales, que tienen a más de un cubano alarmados.

De lo que se trata, según han dicho al respecto algunos internautas que han referido sentirse preocupados por los miembros de dicha agrupación, en especial Israel Rojas, es de que están adictos.

«De la forma en que se ve parece que está arrebataíto», escribió un usuario de Twitter que se identifica como Moringa59.

«Conozco personalmente a Israel, en una bachatica que tuvimos en el Sauce, oye y evidentemente, el está drogado» según FlordeMuerto63, quien junto a Moringa59, es seguidor de los Premio Guataconería Socialista en Cuba. 

Ante tal preocupación hemos acudido a un panel de expertos que han revisado minuciosamente cada cuadro del vídeo de la polémica en cuestión, y «cabe destacar que encontramos algo que no esperábamos en lo absoluto», nos comenta uno de ellos y continúa diciendo «se encontraban en el lugar, jeringuillas y frascos pequeños del vacunato candidal Abdala, creímos que se trataba de la dosis de refuerzo innecesaria, pero para nuestra sorpresa, de refuerzo lo único que tiene es que le pusieron un poco más de azúcar de importación, que sabe igual, pero se diluye más rápido».

En este sentido el renombrado doctor Papito Cara de Papaya, agregó que, «investigando sobre posibles usos del experimento comunista, hemos llegado a la conclusión, que inyectado en proporciones especiales, es capaz de generar un estado de placer y alegría, incluso de euforia, ligado a un sentimiento revolucionario alucinatorio, que a su vez hace que la persona pueda ver una realidad muy distinta a la que vive o vivió, luego de la administración de dicho vacunato, además de crear un trastorno en su memoria, que hace más placenteras aquellas cosas que se quieren comunicar con dolor, pero sin llorar», resaltó el Dr. Cara de Papaya.