Descubrimos la razón por la que Díaz-Canel salió corriendo de la sentada comunista en el portal del Teatro Nacional


Por Marcia Ana

Si bien a algunos de los presentes le resultó algo extrañó que el presidente puesto a dedo Miguel Díaz-Canel abandonara corriendo la sentada comunista en el portal del Teatro Nacional, la verdad es que todo creyeron ciegamente que tenía que irse para poder cumplir con otros compromisos de trabajo, aun así, de inmediato se nos avisó de lo ocurrido y por supuesto, dimos con la razón detrás de esto.

De acuerdo con dos miembros de la Seguridad personal, el puesto a dedo salió corriendo media antes porque se estaba cagando, algo que ninguno de a su alrededor no descubrió porque no quiso, por evidencias sobraban.

Según nos cuentas, los poes que se estaba tirando El Singao, como también se le conoce al dictador en funciones, tenían locos a los presentes a su alrededor, a pesar de que todos llevaban su mascarilla. 

Otras de estas señales que ninguno vio o no quisieron ver, eran que estaba inquieto, mal sentado, y con la cara muy roja, además de apretada, evidencias todas de que se estaba cagando fuertemente, y que si no se apuraba le iba a pasar como otras tantas veces le ha ocurrido, porque hay que decir, que siempre que El Canelo está en problemas, se le pone malo el estómago y se le afloja el esfínter, y el resultado final es que termina cagándose, incluso a veces a unos metros del baño.

Aun así los miembros de la Seguridad personal que conversaron con nuestra revista, insistieron en que el puesto a dedo estaba mal del estómago desde la mañana. "Por culpa de un atracón de camarones que se dio en el desayuno", nos aseguraron; aunque a la vista de todos es evidente que su cagalera fue el resultado de todos los sucesos que están ocurriendo y por ocurrir en el país, principalmente los relacionados con la marcha cívica programada para este 15 de noviembre, que si el pueblo cubano responde y sale a la calle, de acuerdo con varios expertos, es muy probable que El Singao pase varios días sin poder salir del baño, con una de las peores diarreas de su vida.