"Muchacho, lo primero que hice fue agarrar una silla para metérsela por la cabeza". En exclusiva: José Ramón Machado Ventura nos cuenta cómo fue que se quedó de segundo secretario otra vez

Por Armando Aragón

"Mira periodista, no hay que darle muchas vueltas, yo no iba a renunciar, no me daba mi gana americana", explicó José Ramón Machado Ventura en conversación con nuestra revista.

"Le dije a Díaz-Canel que me iba a quedar, que no estaba para pirarme. Que me había sacrificado demasiado por esta revolución y que el pueblo me debía mucho. Porque yo he sido muy bueno con los cubanos y la revolución estaba en deuda conmigo".

"Le dije que no quer

ía perderme el cambio fraude, que yo estaba en talla, que las inyecciones de testosterona me tenían el día entero activado. Que hasta me metía con las muchachitas y todo".

"Canel dio unos pasos por la oficina, y mirando para el suelo me dijo: 'Compañero Ventura, le agradezco mucho su entusiasmo, pero en la Cuba del cambio fraude no cabes. Usted está muy viejito y lo vamos a quitar del cargo de segundo secretario del partido'".

"Muchacho, lo primero que hice fue agarrar una silla para metérsela en la cabeza, pero me resentí la cadera y tuve que soltarla. Qué manera de gritarle cosas. Entré en cólera. Él no sabe medir el peligro. Que como coyones me iban a botar del partido, ni que yo fuera un florero".

"¡Ah tú te volviste loco! ¿Tú quieres ver cómo te echo palante como el carrito del helado? Le dije hasta del mal que se iba a morir. Que no me iba porque no me sale de la piña. Muchacho la testosterona me tenía atómico".

"Si llegaba a tener 40 años menos le caía a golpes y después lo mandaba a fusilar, por gracioso, parece que él se olvidó de quien soy yo. Pero bueno, luego entró su escolta y la sangre no llegó al río".

"Me dijo que iban a ver que hacían cuando se acabara el Congreso, y bueno, aquí me ven. Dura Magaly", agregó.