Descubren a Serrano en Moscú, tratando de irse para Turquía, para entrar a México, y pedir Asilo Político en EEUU

Por Rodrigo Hernández

El destacado locutor comunista, Rafael Serrano, el hombre de los perfumes Bonabel, el del bigote embarrado de café, el de la mosca en la frente, fue descubierto en una oficina de emigración en Moscú, y se quiere ir a vivir a los Estados Unidos.

Como lo leen, el hombre lo tiene todo preparado. Lleva consigo un papelito donde tiene dibujado el croquis de su plan para llegar a la tierra prometida.

Lo descubrieron unos cubanos que fueron a hacer un trámite migratorio y por mucho que Serrano se quiso tapar la cara, el bigote pudo más que él. 

Así que los cubanos, quiénes no nos dieron el nombre por cuestiones de seguridad, nos contaron el plan de Serrano.

La historia es que el destacado locutor come candela, se quiere ir a Turquía, para luego tomar un vuelo a México, luego irse caminando con las caravanas a la frontera de los Estados Unidos, y pedir asilo político.

Nos cuentan los cubanos, que se enteraron porque Serrano fue al baño a hacer el dos, y como se demoraba mucho cogieron el croquis que lo había dejado en su asiento, y vieron los detalles del plan.

La idea de Serrano es sacarse un pasaporte en Moscú con nombre falso, y entraría a Turquía como miembro del circo Le Solar, y de ahí viajar a México haciéndose pasar por un encantador de serpientes, y para terminar, irse a la frontera y declarar que es perseguido por la dictadura cubana.
 
Decir que sufrió la represión, que el es tremendo gusano, que es amiguito de La Payá y de Otaola, que odia a Humberto López, que Raúl Castro se murió, que se la pasa escuchando Patria y Vida, que viva la libertad y Miky Mouse, y que Díaz-Canel es un singao.

Por ahora solo sabemos que ya logró cambiarse el apellido y que ahora en vez de llamarse Rafael Serrano, se llama Rafael Turquino.