Por Lewis Balenciaga
Si
bien los partidarios de Joe Biden hasta ahora no han realizado ninguno de los destrozos
a los que nos tienen acostumbrados los demócratas, sí se han reportado varias
denuncias de acoso en la que se encuentran involucrados, principalmente en la
ciudad de Miami.
Una de las víctimas de estos lamentables incidentes es el conocido influencer cubano Alex Otaola, quien ha recibido en los últimos días amenazas de todo tipo, al punto de que, al parecer como medida de seguridad, ha disminuido sus salidas a la calle.
Pero
en horas de la tarde de hoy el corresponsal de Ay, qué muela! en esa ciudad, nos
avisó de que había visto a Otaola subirse en un auto, (o más bien lo identificó
por el turbante, dado la distancia a la que se encontraba), y salir de su residencia
en dirección al centro.
Nuestro
corresponsal lo siguió hasta que el auto se detuvo, pero cuando Alex bajó, en
realidad quien lo hizo fue la conocida rapera cubana Telmary; pero, ante este
giro inesperado, nuestro reportero, por suerte, entendió que podía tratar de
obtener algunas declaraciones de la cantante cubana sobre el clima electoral que
vive el país.
La
sorpresa fue que en realidad sí se trataba de Alex Otaola, quien explicó que se
disponía a comer, y que había tomado esa medida para poder escapar de los
seguidores de Biden, que no paran de acosarlo desde dos semanas antes de las
elecciones.
"Perro
encarne el que tienen conmigo esos demócratas. Es como si fuera yo el
presidente de este país".
A
la pregunta de qué había hecho con su barba, para no hablar del tremendo abultamiento a
la altura del pecho, explicó que todo era producto del excelente trabajo de su
estilista, pero que no había de qué preocuparse, "porque dentro de unos días
todo debe volver a la normalidad, y con ella regresará mi barba", pero que
mientras tanto, prefería seguir siendo Telmary.
Ahora
nos surge una duda: ¿Otaola y Telmary habrán sido siempre la misma persona? Una
ligera investigación nos dice que esto puede ser posible, porque las
presentaciones de la rapera solo ocurren en los momentos en que el influencer
sale de vacaciones, y el resto del año no se sabe nada de ella.