Por Yannay Estrada
En horas de la tarde de hoy la gobernadora de Camagüey, Yoseily Góngora López, fue trasladada de urgencia a La Habana luego de sufrir una seria complicación en su mano izquierda asociada a su crítico cuadro de obesidad mórbida que sufre desde que comenzó a desempeñarse en el 2009 como funcionaria del régimen de los Castro.
Recordemos que en el 2009 cuando Góngora López fue promovida a Vicepresidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Nuevitas, primer cargo de importancia en su carrera política a servicio del castrismo, a penas pesaba 60 libras, cifra esta que contrasta con las más de 300 que pesa en estos momentos, algo que solo es posible gracias a los funcionarios del régimen tienen a su disposición todo tipo de alimento y en cantidades que triplican sus necesidades, y en algunos casos como el de Manuel Marrero Cruz o el del presidente puesto a dedo Miguel Díaz-Canel, estos suministros son hasta 10 veces mayor.
Pues lo que sucedió con la gobernadora de Camagüey fue que mientras su cuerpo iba creciendo en grasa, sus dedos también lo hacían, y a ella, que le gusta ostentar su riqueza, no se le ocurrió quitarse los anillos de oro de 24 kilates que desde el mismo 2009 comenzó a usar, o comprarse unos más grandes, sin percatarse de que ésto habían comentado a estrangularle los dedos, hasta el punto en que se encontraba hoy en horas del medio día.
Al rededor de la 11:00 AM la gobernadora rechoncha comenzó a sentirse mal, los dedos le dolían y la mano comenzó a entumecérsele, y cuando corrieron con ella para el hospital ya le faltaba el aire, razón esta por la cual los médicos le dijeron que tenía el virus chino, y ante las dudas, pues las pruebas le dieron todas la veces negativo, decidieron trasladarla de urgencia para La Habana, en donde los doctores que la recibieron de inmediato diagnosticaron su caso.
Sin ninguna duda, los galenos del Hospital CIMEQ afirmaron que Yoseily Góngora López, la mofletuda gobernadora de Camagüey, sufre de gordinflacia dirigentil extrema, una enfermedad propia de funcionarios corruptos adictos a la comida abundante en grasas, más frecuente en regímenes totalitarios, principalmente de corte comunista, pero que se puede apreciar en cualquier región del planeta, aunque hay que señalar, que Cuba tiene la mayor tasa de incidencia de este padecimiento.