Liberan al arquitecto de la Plaza de la Revolución de Santa Clara a casi 17 años de que fuera encarcelado


Este lunes en horas de la mañana llegó a su casa Evaristo Escuadra, el arquitecto de la Plaza de la Revolución de Santa Clara, luego de casi 17 años de que su familia lo hubiera reportado como desaparecido.

El 22 de octubre de 2004 la esposa de Evaristo acompañada de su hija mayor realizó la denuncia en la policía de que su esposo llevaba más de 24 horas desaparecido, y a pesar de que en las semanas y los meses siguientes las autoridades le dijeron que estaban trabajando para dar con su paradero, a finales de ese año la investigación se cerró, y lo dieron por desaparecido de manera oficial, aunque siempre manejaron la opción de que hubiera abandonado el país en una balsa rumbo a los Estados Unidos.

Ahora bien, lo que sucedió, según explicó Evaristo en conversación con Ay, qué muela!, fue que el día 21 por la mañana cuando se dirigía a su oficina, agentes de la Seguridad del Estado lo detuvieron en la vía pública bajo el delito de "Tentativa de magnicidio", cargo del que se le acusaba por la tremenda caída que la noche anterior se había dado el dictador Fidel Castro en la Plaza de la Revolución de Santa Clara.

Recordemos que el 20 de octubre de 2004 el dictador Fidel Castro acaba de dar un discurso cuando su ego, acompañado de una buena dosis de altanería y prepotencia, no le permitió ver un escalón que se encontraba en su camino, dio un paso en falso, y terminó protagonizando la caída más estrepitosa de la historia de Cuba, la cual resultó en varios huesos rotos y otras lesiones que obligaron a ingresarlo de urgencia.

Según nos cuenta Evaristo, este incidente fue el que lo condenó a tantos años de injusto encierro, pues los órganos de inteligencia del régimen desde el primer momento alegaron, que él había diseñado la mencionada Plaza teniendo en cuenta la distancia de los paso de Castro, con el objetivo de que al llegar a ese escalón le faltara un pesado al suelo y sirviera de traspié, lo cual, sumado a la altura y el peso del dictador, haría que este se fuera de cabeza y terminara, sino muriendo, por lo menos incapacitado de por vida.

De acuerdo con Evaristo lo que lo salvó de la pena de muerte fue que la Seguridad del Estado no puedo vincularlo de ninguna manera con la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), "porque si no de seguro que hoy no estaría aquí haciendo el cuento", concluyó.